I
No desagrada el abrazo aromado
del muelle. Procede oscuro
de allí en la noche, callejeando
entre letreros luminosos.
Hasta que lo huelen los ojos.
II
Un rumor de engaño sonríe.
Mira esa mirada oscura
y dime si no sientes ya
la morena carne contra tu pecho.
III
A lamerte los párpados
me ofrezco, oh, virgen del Carmen,
la sal seca de tus párpados;
cuando salgas del mar
en el muelle y pasees
la piedra de las calles
entre artes de pesca
y esqueletos de barcos.
Coronada de banderolas,
papelillos blancos,
bocinas y cohetes marineros,
saldrás del mar y yo
lameré el adarce de tus párpados
sólo tuyos.
Pero tu caminar cansado
es mi caminar cansado.
IV
Desnudos
procesionando
las cápsulas vacías
de nuestra vergüenza.
Alzando los brazos
ridículos con cada golpe
de fría ola.
me ofrezco, oh, virgen del Carmen,
la sal seca de tus párpados;
cuando salgas del mar
en el muelle y pasees
la piedra de las calles
entre artes de pesca
y esqueletos de barcos.
Coronada de banderolas,
papelillos blancos,
bocinas y cohetes marineros,
saldrás del mar y yo
lameré el adarce de tus párpados
sólo tuyos.
Pero tu caminar cansado
es mi caminar cansado.
IV
Desnudos
procesionando
las cápsulas vacías
de nuestra vergüenza.
Alzando los brazos
ridículos con cada golpe
de fría ola.
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