jueves, 13 de junio de 2019

Bajo el suelo del barrio


Bajo el suelo del barrio
subyacen tuberías de cansancio.

Las viejas hacen té con el jugo
de adelfas salvajes de la calle.

Junto al salón de juegos, una moneda
pegada al suelo haciendo de broma
irónica o de verdad macabra.

De las venas tensadas de bloque en bloque
cuelga un par de botines
comidos de barro.

El musgo viste las grietas de las fachadas,
malas hierbas crecen al pie
de los muros parroquiales.

Un bar anuncia un partido
el próximo domingo, y caracoles
en primavera. Al final de la barra
de aluminio, el mismo cúmulo de arrugas
de siempre bebiendo pitarra.

La rutina del colegio se relaja;
pronto los niños pasarán a vivir
bajo su propia ley (el patio del recreo
                               se expande al universo)

De mesa en mesa un gitano
vende romero polvoriento.

A cierta hora se despiertan los parados,
arrullados por el toque de campanas,
por el afilador y su flauta,
por las voces del patio de luces
y el dulce sentir los párpados abrirse
seguido del miedo al nuevo día
calentando el estómago.

Bajo el suelo del barrio subyace
un querer expandir el patio del recreo,
que el universo pase a estar regido
por la ley de los niños.


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